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Sancocho Nórdico Donde el Enemigo

  • Foto del escritor: Camilo Muñoz Cortes
    Camilo Muñoz Cortes
  • 18 ago 2016
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 23 jul 2022


Hace tres años recién dejadas mis maletas en el cuarto del hotel, baje a la recepción y le pregunte a la recepcionista donde podía comer algo típico sueco. Me respondió que enfrente del hotel había un buen restaurante que me recomendaba. Como eran las tres de la tarde y no había almorzado, decidí no complicarme y hacerle caso. Entre al restaurante donde fui atendido por un mesero de tez bronceada que me pregunto de donde venía, al decirle Colombia me comenzó a hablar en español. Pedí Salmón, que como cualquier salmón que se pida en un país nórdico estaba totalmente delicioso. Al momento de pagar la cuenta decía 295Kr y abajo en el datáfono el mesero me lo había dejado en “tips”, al no haber buscado antes como suelo hacer las costumbres de propina sueca, y no acordándome bien de cuál era la tasa de cambio, panique un poco y la mejor idea que tuve fue poner 5. El mesero puso cara de pocos amigos me agradeció y se fue. Le había dejado 60 centavos de propina. Luego aprendería que aunque la propina no es obligatoria siempre es sugerido dejarle 1 o 2 euros.

Esa semana, luego de una larga caminata, llegue a mi hotel cansado y con hambre, decidí ir a ese mismo restaurante a comerme un buen salmón. Camine los pocos metros que separan el hotel del restaurante y entre, algunas mesas tenían comensales, pero no había nadie a la vista atendiendo. Espere unos segundos y nada, así que decidí seguir derecho hasta que encontré un mesero de espaldas casi al fondo del restaurante. Le pregunte "puedo sentarme en cualquier lado verdad?", el mesero se dio vuelta y ambos nos quedamos mirando imagino como dos viejos enemigos que se rencuentran. Sinceramente no estaba seguro de que fuera el mismo de hace 3 años pero había posibilidades. El hecho que me pidiera que por favor esperara a ser sentado con el tono de alguien que no espera propina y que me preguntara "usted habla español cierto?" Comenzaron a sembrar dudas en mi sobre si había tomado la decisión correcta al entrar ahí. Después de esperar unos segundos fui llevado a mi mesa, minutos después ordenaría un salmón.

En el tiempo de espera me puse a pensar y llegue a la conclusión de que menos mal los colombianos no habitan Suecia. Si los colombianos vivieran en Suecia, no habría comido tan rico en estos últimos días. En efecto algo que admiro es cuando un pueblo coge ciertos ingredientes y se las arreglan para hacer innumerables platos diferentes. México por ejemplo la mitad de sus platos son el mismo plato solo que servido de forma diferente. Los suecos tienen cinco cosas en este país salmón, pan, alce, champiñones y unas frutillas rojas del tamaño de un copo de nieve. Y con eso se las arreglan para hacer mil y un platos, estofado de alce con puré, albóndigas de alce acompañadas de pequeñas frutas diminutas rojas, sándwich de salmón, salmón marinado, salmón a la parrilla, sándwich de albóndigas, pasta con albóndigas, rodajas de salmón, solo pan adornado de queso y jamones. Si los colombianos manejaran este país habría solo un plato sería una sopa de alce con salmón y papa y de paso importaríamos arroz y yuca se lo echaríamos a la sopa y no contentos le pondríamos cerdo y pollo y lo llamaríamos Sancocho Nórdico.


Uno se pone a pensar y en Colombia todos los platos típicos se hicieron de la siguiente manera:


Paso1: ¿Qué comida tenemos disponible?


Paso 2: Echelo a la olla.

Imagino a un costeñal (así se dice a un grupo de costeños) reunido para decidir su plato típico, "que hay por ahí ome?" Entonaría uno mientras toca acordeón, a lo que otro le respondería pescao lo cual sería seguido de un échelo, cerdo? échelo, pollo? échelo papa? échelo yuca? échelo arroz? échelo. "Que más le podemos echá a esta joda" diría una costeña mientras se queja de electro caribe. "Pues agua seño" respondería un cuarto mientras celebra un título del junior erróneamente. Y ajá Así se hicieron todos los platos típicos que hay en Colombia del ajiaco al tamal pasando por el envuelto y la bandeja paisa (que no es una sopa solo porque su río se llama río negro). Embutir todo lo que haya alrededor en un mismo plato, por golosos y perezosos. Llegamos al punto que ponemos huevos en arepas y prácticamente media cadena alimenticia dentro de un lechón. Que regala la gente en navidad? Paquetes llenos de todo tipo de comidas.


Y conociendo el espíritu vengativo colombiano, si manejaran este país mi sancocho nórdico habría llegado envenenado por dejar propina hace 3 años. Pero no, acá viven suecos, y mi salmón llego perfecto y desde hace un buen tiempo no me comía uno tan rico. Para evitar tener pensamientos filosóficos sobre comida la próxima vez que vuelva, le deje al mesero una propina de verdad, y de paso en caso de que Colombia invada Suecia me evito a futuro tener que comer donde el enemigo.

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